El cosmos pide paz al
huracán,
al océano altivo y sumiso,
a las fuentes tranquilas
que hacen reflejar el
infinito.
Las moles de los acantilados
se elevan suplicando armonía,
ya el arpa afina sus cuerdas
las sirenas cantan melodías.
Las nubes se llenan de
emoción
miran al cielo ansiando la
calma,
sobre un rayo de sol que
ilumine,
que reine la paz en el alma.
Y la creación pide bonanza
que los días despierten con
besos
y se pongan su traje de
fiesta,
gozando con todo el
universo.
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