La visión del
prodigio de mi ser
es un don que me
provoca alegría,
nadando por la orilla
de los sueños
me sumerjo en un mar
de sabiduría.
¡Que grande es ser chispa divina
de las manos
creadoras de Dios!
arcilla con grandeza
y dignidad,
vestigio de su Ser y
de su amor.
Con semillas de
sueños
a punto de germinar,
con capacidad de
crear y amar
y de cumplir mi
misión en libertad.
Y un día, mis semillas
se transformarán en
árboles alados,
que abriendo sus
brazos
enlazarán a todo lo
creado.
Y esta actitud gozosa y positiva
aunque venga lo gris
negativo,
¿Quien me la podrá
quitar?
si reflejo luz y armonía
mi alma está
transmitiendo
música y poesía.
Cuanta profundidad encierra este poema; palabras delicadas que analizan nuestro interior.
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