En una cabaña en el bosque
habitaba un leñador,
el chico era pobre y
poeta
y tenía buen corazón.
Este, llamado Conrado
a cortar leña se
marchó,
y a una vieja y gran encina
certeros hachazos le
dio..
Al desgajarse una
rama
una hermosa hada
apareció,
¡huy! ¿ porqué me
hieres?
¿ qué daño fue el que
te he hice yo?
Lleno de asombro, él le dijo:
yo no quiero hacerte
daño,
he de abastecer al
palacio
y alimentarme en el
año.
Y el hada buena,
contestó:
¡ tu serás rico algún
día,
toma esta pluma de
águila
que inspirará tu poesía!
¡ Y toma esta bolsa
de oro
pues la vas a necesitar,
y me tienes que
prometer
que más árboles no vas a talar.!
Se fue Conrado
contento,
se vistió como un
pimpollo
y para ir al palacio
montó en una carroza de oro.
Y cuando la princesa
oía
los versos que
recitaba,
se quedaba embelesada
y se le caía la baba.
Ella le confesó su amor
¡que hermosa tu poesía,
que sentimientos tan bellos
yo me siento tan
impresionada
que contigo me
casaría.!
Y en esta encrucijada
él, calabazas le dio,
pues tenía que estar
libre
para darse todo al
arte mayor.
Y para eso se fue de
viaje,
escribió versos y
triunfó,
recorrió medio mundo
que su talento
reconoció
Ganó muchos premios y
dinero
y solterito y solo se
quedó.
¿ Fue acertada su elección?
solo el tiempo lo explicó.