miércoles, 9 de enero de 2013

ESCAMAS EN MIS OJOS




Yo era pobre y padecía ceguera
Tú pasabas por allí
y como el ciego del camino,
¡Señor que vea! te grité,
me oíste y llegaste a mí.
Abriste mis ojos sin brillo a tu luz
y vi destellos de  vida sin fin,
Ya te veo mi Maestro bueno
descubro tu huella junto a mí,
la que me marca el camino
que siempre me guiará hasta ti.
Y me mandaste callar
como el trigo en el surco
hecho hierba callada,
pero, como el ciego,  tengo que gritar
la divina aventura de ver,
que eres el Todo en mi nada.

CÁNTICO DE LAS CRIATURAS ¡BONDADOSO SEÑOR!





Mi ser entero se abre a tus pasos
que guían mi  lento caminar,
hacia el conocimiento
de tu acariciadora paz.
Manifiestas tu poder y tu ternura
en la variedad, belleza y bondad,
de la creación de tus criaturas.
Y Tú lo regalas al hombre
que con amor creaste,
con destellos divinos de bondad
que derrochas en  don inefable.
Así mi alma grita con  fervor
¡ Glorificado seas  mi Señor!
Cielos, galaxias, cumbres y valles
que gozáis con el beso de Dios,
con vuestra celeste vestidura
¡ Cantad alegres al Señor!
Nubes que vais por los espacios
empujadas por vientos furiosos,
y acariciadas por brisas suaves
¡Alabad al Señor poderoso!
Semillas de vida, que para crear
esperáis el soplo divino,
con el sol y con la nieve
¡Alabad  sus designios!
Ríos itinerantes
que cantando la canción de la vida
corréis veloces a los mares,
¡Bendecid al Señor noche y día!
Lluvias y mares que en susurro habláis
árboles que en silencio escucháis,
aclamad por las rutas eternas,
¡Cantad al Señor lo mucho que amáis!
Rosas  engalanadas
con traje rojo de terciopelo,
con vuestro perfume y gran belleza
¡Alabad al Señor de los cielos!
Todo lo que germina en la tierra
empapado en la fuente de amor,
que envuelve las manos divinas
¡Glorificar felices al Señor!
Todo cuanto nace, crece, vive
y se multiplica  bajo el sol,
abrir los balcones del espacio
¡Glorificar  alegres al Señor!
Niños amados, bendecidos por Dios
pétalos de flores llenos de gloria,
dad gracias al Señor porque es bueno
porque es eterna su misericordia.

MI BARRO

                                                       



                                                        
                                                      

                                        NO TENGAIS MIEDO   J N.  6. 16                                       

            En mis reflexiones sobre el misterio del caminar de mi vida junto a ti, voy analizando mi andadura a la luz de tu Palabra  y, como siempre, vienes en mi ayuda.  
           ¿Qué respuesta le he dado a la promesa que te hice cuando saliste a mi encuentro y cual ha sido mi entrega?: Creo que ha sido mezquina, porque de todos  los enemigos que me acechan,  el más cercano y peligroso es el miedo que no me deja avanzar. Me incita a mis propios pesimismos que me inhabilitan para construir sobre Roca. “El que pone la mano en el arado y vuelve la vista  atrás, no es digno de mí.” Y, aquí estoy yo con mis miedos, impidiendo mi posibilidad de edificar tu encargo, Señor. Tengo que revalorizar los talentos que me vas dando a lo largo de mi vida, pero no soy capaz de  nada, agarrotada por el miedo. Me conformo con construir una y otra vez sobre “Arena,” pensando negativamente  en los riesgos y los fracasos. Y  pasan los días y el tiempo se me escapa.

            Tú nos dices: “NO TENGAIS MIEDO, YO HE VENCIDO AL MUNDO”. Esta es tu Palabra que es la alegría de mi corazón, es mi aliento y es mi fuerza. Me impulsa, me remonta y vence mis debilidades, Así mi pobre barro se va transformando y con estos altibajos se va dibujando tu amado rostro en mi vida, para darte a conocer. Esto es lo que deseo ardientemente, pero mi barro se seca y necesito tu agua, esa agua de la Vida  que se escapa por los dedos de mis miedos. Necesito mi Dios tu  Manantial para que empape mi pobre barro, porque la sequedad araña y duele y me impide entregarme. Que todas las jornadas de mi vida, rebosen de amor y consuelo para todos los que me necesiten. Esta es la  misión a la que me envías  y la única verdad que quiero vivir.
         Ayúdame Señor a aceptar mi barro y ponerlo en tus manos de Padre para que Tú lo moldees y me concedas la osadía del amor.

“ALUMBRE ASI VUESTRA LUZ A LOS HOMBRES”





Señor, eres mi valor fundamental
yo quiero ser tu pobre barro
y dejarme moldear por tus manos
acariciadoras, ¡Padre amado!
No quiero ser Celemín
que valla ocultando tu luz,
quiero ser faro que gire
y gire hacia donde estás Tú.
Y quiero ser lámpara que alumbre,
reflector que ilumine las tinieblas
de la incomunicación
y de la ceguera de los ojos
que no ven tu presencia.
Que la luz de tu Palabra
autora de la Creación,
que está gritando tu nombre
llegue a todos con amor.